David Acosta
Abogado penalista
Los «abogados» hemos planteado un falso dilema en el caso Castillo. Algunos desprevenidos creen que el debate circunda en sí la fiscal de la nación puede acusar a Castillo por corrupción y crimen organizado cuando este no es un motivo tazado en la constitución.
Creen, erradamente, que este es un debate jurídico. La real pregunta es: ¿puede seguir siendo presidente Castillo? La respuesta es no. No puede serlo, porque no está preparado para el cargo, porque carece de carácter y porque la gente de la que se rodea es tan o más tonta y terca que Castillo. Si Castillo sigue siendo presidente nos vamos a condenar como país. Todos, no solo los pobres o ‘pituquitos’.
Entonces, ¿quién debe sacar a Castillo? La oposición. ¿Importa el método? A estas alturas ya no importa si las razones son jurídicas (lo digo con el dolor que conlleva). Si siguen cerrándose las opciones no violentas para sacar a Castillo, esto puede acabar en tragedia. Si Castillo es inteligente, debe negociar su salida y garantizar la tranquilidad de su familia.
Recordemos que todo esto empezó en 2016, cuando los políticos decidieron jugar a las guerritas utilizando al MP y al PJ. En ese momento, el activismo judicial estaba bien. Hoy es muy tarde para decir que lo político no debe interferir en lo jurídico.
Para los abogados, la ley es lo más sagrado. Para los políticos, la ley y su sentido la definen ellos. Esta es una batalla política que deben pelear los políticos y no los abogados. El primer paso es sacar a Castillo, luego nos ocupamos de la oposición. Un paso a la vez.